La tecnología es un sector en constante evolución, y con ella, también cambian las oportunidades para quienes buscamos desarrollarnos en este campo. Sin embargo, aún existen desafíos que hacen que muchas mujeres tengan que demostrar su talento y capacidad con un esfuerzo adicional. Mi propia experiencia en tecnología es testimonio de los avances logrados y de lo que aún falta por hacer.
Rompiendo barreras desde el inicio
Mi primera entrevista en tecnología fue para una práctica profesional. Se realizaba en parejas y mi compañero era hombre. Desde el inicio, noté que el entrevistador dirigía su atención casi por completo a él. No porque yo hubiera respondido mal, sino porque, aparentemente, su presencia le resultaba más interesante. Prefiero pensar que fue una cuestión de afinidad y no de género, pero esa situación me dejó una primera lección: en tecnología, como mujer, iba a tener que hacerme notar con hechos.
Creciendo en una empresa que apuesta por el talento
No todas las experiencias han sido así. Me considero afortunada porque en Clay he encontrado una empresa donde mi talento y habilidades han sido reconocidos sin importar mi género. Ingresé como desarrolladora de software y, con el tiempo, he crecido hasta convertirme en CTO. Lo más significativo para mí ha sido comprobar que este crecimiento no ha estado condicionado por estereotipos, sino por mi trabajo y mis capacidades.
Además, he sentido la confianza de la empresa en mis decisiones y liderazgo, lo que me ha permitido desarrollarme profesionalmente con libertad y seguridad, sabiendo que mis aportes son valorados y respaldados.
Recientemente, compartí con mi equipo la hermosa noticia de que seré madre, y lo único que recibí fue un apoyo incondicional. En Clay, entendemos que el desarrollo profesional y la vida personal no deberían estar en conflicto. Es una empresa que busca que todas las personas puedan trabajar con flexibilidad, adaptándose a las eventualidades de la vida. Aquí, puedes formar la familia que deseas y tener la calidad de vida que buscas sin que eso signifique sacrificar tu carrera. Es un modelo que aún se ve poco en tecnología, pero que demuestra que el talento florece cuando se le dan las condiciones adecuadas.

Los desafíos del liderazgo en tecnología
Si bien mi crecimiento ha sido constante, también he enfrentado desafíos. Uno de los más recurrentes ha sido la necesidad de respaldar mis ideas tecnológicas con pruebas concretas para que sean tomadas en serio. En muchas ocasiones, he visto cómo mis propuestas eran cuestionadas con un mayor nivel de escrutinio, mientras que, cuando las mismas ideas eran presentadas por otra persona, se aceptaban casi de inmediato. Me gusta pensar que esto es un reto de comunicación que puedo mejorar, pero también es un reflejo de los sesgos que aún existen en la industria.
Otro aspecto que me ha sorprendido es la baja participación femenina en eventos de tecnología. El año pasado asistí a un encuentro de líderes tecnológicos organizado por AWS y fui la única mujer presente. Esto me hizo reflexionar sobre la representación femenina en el sector y sobre cómo, a pesar de los avances, aún hay espacios donde la participación de las mujeres sigue siendo mínima.
Un futuro donde el talento sea lo que importe
A pesar de estos desafíos, veo con optimismo el futuro de las mujeres en tecnología. Cada vez más mujeres están ingresando al sector, porque la industria está cambiando y porque nos estamos permitiendo creer que nuestro lugar también está aquí. Empresas como Clay demuestran que el talento no tiene género, y que cuando se da espacio y oportunidades reales, el crecimiento es inevitable.
Espero que este artículo sirva como un espacio de reflexión y motivación para aquellas mujeres que están iniciando su camino en tecnología o que buscan crecer en sus carreras. Si algo he aprendido en estos años, es que ninguna está sola en este camino. Juntas, podemos seguir construyendo un futuro más equitativo e inclusivo para todas.
Adriana López - CTPO en Clay

En 20 minutos sabrás si la solución que necesitas está en Clay.
Experimenta la tranquilidad de tener todo en orden.